Hoy tenemos una guerra más peligrosa y devastadora. Una guerra sin armas de fuego. Una guerra impía que nos somete en forma más degradante y cruel. Ocupa espacios, invade continentes, desnaturaliza la cultura. Es una guerra silenciosa no declarada, sin efusivas arengas ni vociferantes cánticos guerreros, pero avasallante.
Solo el ser integral, despojado de egoísmos, imbuido de plenitud espiritual, atiborrado de sueños, se constituye en el elemento vital para forjar la paz en esta contienda. El enemigo sutil queda revelado ante su virtuosa magnificencia y su avance ya no es tan destructivo.
Por eso creo en los sueños, en el hombre, para que no nos sometan sin echar al aire las palabras mágicas que abren portadas universales: PAZ, VIDA, ESPERANZA.
Por eso creo en el compromiso de literatura de estos tiempos y su efecto multiplicador en la fe de millones. El poeta lucha en la frontera donde combaten sueño y odio, en una batalla feroz donde solo puede quedar uno de ellos.
Unamos las palabras de poetas para hacer un mundo mejor, con vital compromiso.
Esteban Fauret
Presidente del Circulo Pehuajense de Escritores y Lectores
Pehuajó, Argentina